viernes, 7 de septiembre de 2012

EL CONTEXTO DE LAS LUCHAS ANTIMPERIALISTAS Y LAS TAREAS POPULARES DE LA ETAPA

En estos tiempos de globalización en los que el capitalismo prevalece como sistema “único” y en el que el “único evangelio” es el neoliberalismo que soluciona todos los problemas, donde las grandes empresas transnacionales se reparten los recursos y mercados mundiales ejerciendo su poder por encima de los gobiernos nacionales y organismos internacionales los que acaban como meros guardianes de sus grandes intereses. En este mundo dominado por pequeñas minorías que se enriquecen con desenfrenada codicia, mientras las grandes mayorías explotadas y excluidas apenas pueden subsistir cuando no engrosar las filas del creciente ejército de desocupados y pobres. En el que la constante protesta popular es acallada por la más dura represión, por la traición de los oportunistas que conducen sus luchas o es llevada al fracaso por la falta de propuestas alternativas que le arranchen mejores condiciones de vida al “capitalismo salvaje” o mejor aún, que les permitan ir construyendo una alternativa de sociedad con democracia, justicia social y libertad.

Tiempos en los que va surgiendo un tipo de expansión mundial capitalista que apoyada en la infraestructura construida por la globalización, incentiva el desarrollo y hegemonía –por encima de los gobiernos- de las empresas transnacionales o multinacionales, tiempos en los que se va configurando un nuevo escenario de lucha para las masas en el que se visualiza la preeminencia de un imperialismo empresarial transnacional por encima del clásico imperialismo estatal, en el cual los gobiernos nacionales tienen cada vez menos margen de acción, los pueblos menos protección y el medio ambiente está sujeto a la avidez imperialista que depreda sin protección ni control.

Situación en la cual la respuesta de los pueblos ha sido diversa: en los países imperialistas, agobiados por la desocupación y la expoliación de los bancos, las protestas denuncian la avaricia de las grandes corporaciones y la creciente desigualdad social de sus países, ejemplos son los diferentes movimientos occupy que se desarrollaron en diversas ciudades de EE.UU., Inglaterra, España, etc. al que habría que agregar el grupo hacktivista Anonymous que a su modo denuncian el abuso del poder y llaman a luchar por la libertad de expresión en las redes informáticas; en Indoamérica la situación de explotación tiene otra óptica, pues en estos tiempos, en nuestros países se concentra la actual fuente de ganancias de las empresas transnacionales basada en la explotación de los recursos naturales y en la especulación de los commodity siendo aquí la lucha por mejores salarios contra los actuales ingresos de subsistencia que pagan las transnacionales, por la defensa del medio ambiente y la explotación sostenible de los recursos, además por una mejor participación social de las comunidades en la ganancias de las empresas explotadoras.


Si bien el movimiento Occupy ha llegado a tener repercusión mundial, la ausencia de líderes notorios y de una agenda común no le ha permitido vertebrar una organización llegando a ser presa fácil de la represión que poco a poco lo han ido desmantelando. En Indoamérica son los pueblos nativos, las comunidades y la población rural los que protestan y luchan contra las mineras que contaminan los ríos, invaden las reservas protegidas y depredan los recursos, desgraciadamente ni siquiera a nivel nacional ni menos indoamericano se ha podido canalizar dichas luchas en una plataforma común y en una organización que oriente las protestas y que no solo detenga la voracidad de las transnacionales sino además le imponga condiciones de producción dentro de parámetros ambientales internacionales, con tecnologías limpias y con exigencias de una mejor calidad de vida a las poblaciones de su área de influencia.
Desafortunadamente, dichas luchas todavía no representan una respuesta a la nueva situación de explotación imperialista, a pesar de su permanente resistencia popular y a las innumerables batallas que se van dando en todo el mundo, lo que nos debe comprometer al estudio y al análisis de las nuevas condiciones de explotación imperialista, a conocer y estudiar las nuevas formas de combate popular y a propiciar la discusión de nuevas propuestas de acción antimperialistas en el horizonte de construir una sociedad democrática de justicia social y libertad. Esas deben ser las tareas de esta etapa.

 Viernes 7 de setiembre del 2012