El Aprismo y el frente único de trabajadores
manuales e intelectuales
Luego de 90 años de Aprismo, la propuesta de
organización para la acción antimperialista, el frente único de trabajadores manuales
e intelectuales sigue vigente y, el 23 de mayo de 1923, sigue en el recuerdo
del pueblo como fecha emblemática de esa unión. Efectivamente, para los
apristas, dicha gesta, marcó el nacimiento del frente único de trabajadores
manuales e intelectuales, pues en ese acto de rebeldía contra una demagógica
decisión del gobierno de Augusto B. Leguía, participaron multitudinariamente
los obreros y los estudiantes, muriendo a la sazón, un obrero y un estudiante
sellando así una alianza que por muchos años fue indisoluble.
Antecedentes
El principal artífice de dicho encuentro de voluntades
fue el joven estudiante Víctor Raúl Haya de la Torre que participó en
representación de los estudiantes universitarios y que luego terminó dirigiendo
a las grandes multitudes, no solo en el acto de protesta sino en los posteriores
como en el entierro de los héroes de la jornada. No está demás decir que por su
participación sufrió prisión en la Isla San Lorenzo y luego, por su huelga de
hambre y la solidaridad nacional e internacional, fue deportado a Panamá,
iniciando de esta manera su prédica antimperialista por América Latina y el
mundo. Pero dicha gesta no fue un acto fortuito, ya Víctor Raúl desde su
adolescencia y juventud en su natal Trujillo, se había relacionado con los
viejos cañeros anarquistas protagonistas de grandes jornadas de lucha como las
de Chicama de 1906. Posteriormente en Lima, en la Universidad Mayor de San
Marcos, su relación con el movimiento obrero continuó y gracias a él, los
estudiantes universitarios se acercaron a las luchas obreras, como la de la
jornada de las 8 horas, entre otras. Sus esfuerzos fueron coronados en el
Congreso de Estudiantes del Cuzco de 1920, en el cual se aprobó el acercamiento
al movimiento obrero y la creación de las Universidades Populares González
Prada que fue un excelente espacio de discusión y de aprendizaje mutuo entre
estudiantes y obreros, pues el movimiento obrero anarquista, que data en el
Perú desde 1890, tenía excelentes cuadros y dirigentes que luego también
aportaron a la ideología y organización del que sería el Partido Aprista Peruano
(1).
Haya de la Torre en el patio de letras de UNMSM explicando a los estudiantes |
La propuesta de lucha antimperialista
Resultado de esas experiencias, de las discusiones con
los obreros anarquistas y del estudio de las
luchas populares antimperialistas de Indoamérica y el mundo, Víctor Raúl
todavía en el destierro, en noviembre de 1926, publica en una revista británica
dedicada a los trabajadores su artículo ¿Qué es el apra? en el cual presenta
las bases ideológicas del APRA y al APRA
en sí “como una nueva organización
formada por la joven generación de trabajadores manuales e intelectuales de
varios países de la América Latina”. Luego, en 1935, apareció el libro “ElAntiimperialismo
y el APRA” que fue escrito en 1928, en el que Víctor Raúl desarrolla, además y
con contundencia ideológica, el concepto de partido nacional de frente único y
lo llama “antimperialista, indoamericano
con sentido de nuestra realidad social”. Su original e innovadora propuesta
surge porque, como señala en la nota preliminar a la primera edición del libro
mencionado y refiriéndose a J.A. Mella, “está
demostrado que el comunismo no es el camino mejor para la nueva emancipación de nuestros pueblos”. Y ello tiene que ver
no solo con su nuevo enfoque de la lucha antimperialista (que es comentado en un
escrito anterior y que se encuentra en el blog) sino también con el concepto de
partido, pues ante la propuesta mesiánica de la conducción de la lucha
antimperialista por la clase proletaria, siguiendo el cartabón del marxismo-
leninismo europeo hoy superado, él antepone el de frente único como base de la
organización de todo partido revolucionario y antimperialista en Indoamérica (2).
Trabajadores estudiando en la biblioteca obrera de la UPGP |
La vigencia del frente único de trabajadores
manuales e intelectuales
El marxismo leninismo profetizaba que con el
desarrollo del capitalismo en los países desarrollados primero y luego en los
subdesarrollados, la industrialización engendraría una clase obrera vigorosa
que propiciaría y dirigiría la forja de un estadio superior, el socialismo, sin
embargo no ha sido así. A 166 años del “Manifiesto Comunista”, las nuevas tendencias
de desarrollo del capitalismo - dentro del marco de la globalización, el
multilateralismo, la innovación y la tecnología- le han jugado una mala pasado
a los “científicos sociales del comunismo”, por un lado, porque la lenta pero
consistente independización de las grandes empresas multinacionales de los Estados
imperialistas y por otro lado, porque las nuevas formas de producción mundial
de éstas- neo y post fordismo- están pintando nuevos escenarios en el
capitalismo mundial. En efecto, luego de la caída del muro de Berlín en 1989,
las multinacionales desarrollaron sus nuevas estrategias, dejando las plantas
de gran complejidad con sofisticada tecnología y poca absorción de mano de obra
en los países desarrollados y sus plantas de menor complejidad –menor
tecnología y gran absorción de mano de obra no calificada- en los países
subdesarrollados, beneficiándose así de los mayores márgenes de ganancia por
reducción de costos sobre todo por la mano de obra barata que les está dando
“mayor competitividad”. Vislumbrándose por ello un escenario mundial, con
países desarrollados en crisis, pues la nueva organización empresarial
multinacional disminuyó sus pagos de impuestos –buscó nuevas sedes con menor tributación- y redujo los
niveles de empleo, pues solo los técnicos de alta calificación obtuvieron
trabajo en las nuevas plantas; mientras que en los países subdesarrollados
–gracias a la maquila y el ensamblaje- por
la poca exigencia de calificación, se lograron altos niveles de empleo
precario. En términos sociales significó que en los países desarrollados,
otrora imperialistas, se están concentrando los pequeños grupos de ricos, una
emergente minoría de tecnócratas de alta calificación, una gran mayoría de
trabajadores de los muchos servicios derivados del bienestar y de la seguridad
de esos ricos y del creciente y sofisticado proceso de urbanización, así como
un gran grupo de desocupados, entre los trabajadores no calificados,
inmigrantes y cesantes; en los países subdesarrollados, significó una
transitoria “bonanza” por los empleos precarios de las multinacionales y además,
en los países que son proveedores de materias primas, pequeñas minorías de
personal intermedio de las multinacionales con aceptables niveles de ingresos,
aunque también transitorios. En este escenario y en ninguno de los casos, se
identifica, el crecimiento de un pujante
proletariado, transformador de la sociedad, sino más bien difusos grupos de
afectados por el capitalismo globalizado y el imperialismo y la necesidad de
unificar a todos para luchar y transformar una sociedad cada vez más injusta.
Los futuros retos del frente único de
trabajadores manuales e intelectuales
Pero ya se distingue otro escenario, en los programas
de recuperación y superación de la crisis, los gobiernos de los Estados
imperialistas se esfuerzan por que regresen las multinacionales (por sus
impuestos, su alto consumo, niveles de empleo, etc.). Por ejemplo, en EEUU ya
están hablando de una reindustrialización o el regreso de sus industrias,
basada en los bajos costos de la energía producida por el Shale gas o gas
esquisto, del cual este país tiene la segunda reserva del mundo y por los
nuevas tecnologías a las cuales ya llaman la “segunda era de las máquinas” que
entre otros avances, les permitirá a las transnacionales contar con máquinas
inteligentes (robots) que reemplazarán la mano de obra no cualificada de la
producción y de otras actividades de apoyo (transporte, logística, apoyo
administración, etc.); según la Universidad de Oxford, el 47% de los actuales
empleos de EE.UU. se encuentran en riesgo por la automatización.(3) Como
se observa, la implementación de estas nuevas estrategias cambiará radicalmente
el escenario mundial y la acción del imperialismo en nuestros países. Es
innegable que estas tendencias cambiarán la economía mundial, por un lado
incrementando la productividad de las multinacionales, haciendo más ricos a sus
capitalistas e incrementando la desigualdad mundial; por otro lado, el regreso
de las plantas y la sustitución de los trabajadores por robots, creará una
minoría laboral altamente tecnificada, y una gran desocupación mundial, en
países de Asia, África y América Latina, además, el regreso a los altos índices
de pobreza; solo los exportadores de commodities, mientras no se agoten sus
recursos, podrán soportar los primeros impactos.
Robots haciendo labores de oficina |
El frente como Partido
Como se colige, en Indoamérica, los nuevos tiempos dan
la razón a la propuesta del aprismo; la agresión del nuevo imperialismo no solo
amenaza a los trabajadores industriales de calificación intermedia y sin
calificación, sino también a la llamada clase media- porque polariza la
sociedad en ricos y pobres- , pequeños propietarios, intelectuales, cesantes,
jóvenes, familias con ancianos y enfermos, porque el capitalismo no ha dado una
respuesta de protección a los vulnerables de la sociedad. Propuesta que llama a
la unión de todos los agredidos y amenazados a formar el frente único de
trabajadores manuales e intelectuales, sin ninguna exclusión, para dirigir la
lucha antiimperialista y construir una sociedad de pan, justicia y
libertad. Dicho frente, para dirigir y
preparar las propuestas, debe ser un partido organizado y disciplinado que
responda a los nuevos retos de dicho desarrollo capitalista que nos amenaza con
más hambre y desocupación, de ello depende nuestro futuro promisorio o uno como
el presente de África, otrora continente de grandes recursos y riquezas, hoy
depredado por los imperialismos de ayer.
Colofón
El imperialismo existe y muta velozmente a donde lo
guie su voracidad de ganancia. Por lo que no puede haber en Indoamérica un
partido revolucionario, si este no considera en su esencia doctrinal el
antimperialismo; como tampoco puede decirse representante de los oprimidos si
su estructura organizacional no refleja el frente único de trabajadores
manuales e intelectuales y la defensa de sus intereses.
(1) Referencias históricas: Murillo Garaycochea,
Percy. “Historia del APRA”.
(2) Referencias ideológicas: Haya de la Torre, Víctor
Raúl. “El Antimperialismo y el APRA”
(3)Referencias sobre tecnologías: Wolf, Martin. “Esclavicemos a los robots y
liberemos a los pobres”