lunes, 21 de julio de 2014

El Aprismo y el frente único de trabajadores manuales e intelectuales

Luego de 90 años de Aprismo, la propuesta de organización para la acción antimperialista, el frente único de trabajadores manuales e intelectuales sigue vigente y, el 23 de mayo de 1923, sigue en el recuerdo del pueblo como fecha emblemática de esa unión. Efectivamente, para los apristas, dicha gesta, marcó el nacimiento del frente único de trabajadores manuales e intelectuales, pues en ese acto de rebeldía contra una demagógica decisión del gobierno de Augusto B. Leguía, participaron multitudinariamente los obreros y los estudiantes, muriendo a la sazón, un obrero y un estudiante sellando así una alianza que por muchos años fue indisoluble.

Antecedentes

El principal artífice de dicho encuentro de voluntades fue el joven estudiante Víctor Raúl Haya de la Torre que participó en representación de los estudiantes universitarios y que luego terminó dirigiendo a las grandes multitudes, no solo en el acto de protesta sino en los posteriores como en el entierro de los héroes de la jornada. No está demás decir que por su participación sufrió prisión en la Isla San Lorenzo y luego, por su huelga de hambre y la solidaridad nacional e internacional, fue deportado a Panamá, iniciando de esta manera su prédica antimperialista por América Latina y el mundo. Pero dicha gesta no fue un acto fortuito, ya Víctor Raúl desde su adolescencia y juventud en su natal Trujillo, se había relacionado con los viejos cañeros anarquistas protagonistas de grandes jornadas de lucha como las de Chicama de 1906. Posteriormente en Lima, en la Universidad Mayor de San Marcos, su relación con el movimiento obrero continuó y gracias a él, los estudiantes universitarios se acercaron a las luchas obreras, como la de la jornada de las 8 horas, entre otras. Sus esfuerzos fueron coronados en el Congreso de Estudiantes del Cuzco de 1920, en el cual se aprobó el acercamiento al movimiento obrero y la creación de las Universidades Populares González Prada que fue un excelente espacio de discusión y de aprendizaje mutuo entre estudiantes y obreros, pues el movimiento obrero anarquista, que data en el Perú desde 1890, tenía excelentes cuadros y dirigentes que luego también aportaron a la ideología y organización del que sería el Partido Aprista Peruano (1).
Haya de la Torre en el patio de letras de UNMSM explicando a los estudiantes

La propuesta de lucha antimperialista

Resultado de esas experiencias, de las discusiones con los obreros anarquistas y del estudio de las  luchas populares antimperialistas de Indoamérica y el mundo, Víctor Raúl todavía en el destierro, en noviembre de 1926, publica en una revista británica dedicada a los trabajadores su artículo ¿Qué es el apra? en el cual presenta las bases ideológicas del  APRA y al APRA en sí “como una nueva organización formada por la joven generación de trabajadores manuales e intelectuales de varios países de la América Latina”. Luego, en 1935, apareció el libro “ElAntiimperialismo y el APRA” que fue escrito en 1928, en el que Víctor Raúl desarrolla, además y con contundencia ideológica, el concepto de partido nacional de frente único y lo llama “antimperialista, indoamericano con sentido de nuestra realidad social”. Su original e innovadora propuesta surge porque, como señala en la nota preliminar a la primera edición del libro mencionado y refiriéndose a J.A. Mella, “está demostrado que el comunismo no es el camino mejor para la nueva emancipación de nuestros pueblos”. Y ello tiene que ver no solo con su nuevo enfoque de la lucha antimperialista (que es comentado en un escrito anterior y que se encuentra en el blog) sino también con el concepto de partido, pues ante la propuesta mesiánica de la conducción de la lucha antimperialista por la clase proletaria, siguiendo el cartabón del marxismo- leninismo europeo hoy superado, él antepone el de frente único como base de la organización de todo partido revolucionario y antimperialista en Indoamérica (2).
Trabajadores estudiando en la biblioteca obrera de la UPGP
La vigencia del frente único de trabajadores manuales e intelectuales

El marxismo leninismo profetizaba que con el desarrollo del capitalismo en los países desarrollados primero y luego en los subdesarrollados, la industrialización engendraría una clase obrera vigorosa que propiciaría y dirigiría la forja de un estadio superior, el socialismo, sin embargo no ha sido así. A 166 años del “Manifiesto Comunista”, las nuevas tendencias de desarrollo del capitalismo - dentro del marco de la globalización, el multilateralismo, la innovación y la tecnología- le han jugado una mala pasado a los “científicos sociales del comunismo”, por un lado, porque la lenta pero consistente independización de las grandes empresas multinacionales de los Estados imperialistas y por otro lado, porque las nuevas formas de producción mundial de éstas- neo y post fordismo- están pintando nuevos escenarios en el capitalismo mundial. En efecto, luego de la caída del muro de Berlín en 1989, las multinacionales desarrollaron sus nuevas estrategias, dejando las plantas de gran complejidad con sofisticada tecnología y poca absorción de mano de obra en los países desarrollados y sus plantas de menor complejidad –menor tecnología y gran absorción de mano de obra no calificada- en los países subdesarrollados, beneficiándose así de los mayores márgenes de ganancia por reducción de costos sobre todo por la mano de obra barata que les está dando “mayor competitividad”. Vislumbrándose por ello un escenario mundial, con países desarrollados en crisis, pues la nueva organización empresarial multinacional disminuyó sus pagos de impuestos –buscó nuevas  sedes con menor tributación- y redujo los niveles de empleo, pues solo los técnicos de alta calificación obtuvieron trabajo en las nuevas plantas; mientras que en los países subdesarrollados –gracias a la maquila y el ensamblaje- por  la poca exigencia de calificación, se lograron altos niveles de empleo precario. En términos sociales significó que en los países desarrollados, otrora imperialistas, se están concentrando los pequeños grupos de ricos, una emergente minoría de tecnócratas de alta calificación, una gran mayoría de trabajadores de los muchos servicios derivados del bienestar y de la seguridad de esos ricos y del creciente y sofisticado proceso de urbanización, así como un gran grupo de desocupados, entre los trabajadores no calificados, inmigrantes y cesantes; en los países subdesarrollados, significó una transitoria “bonanza” por los empleos precarios de las multinacionales y además, en los países que son proveedores de materias primas, pequeñas minorías de personal intermedio de las multinacionales con aceptables niveles de ingresos, aunque también transitorios. En este escenario y en ninguno de los casos, se identifica, el crecimiento de un  pujante proletariado, transformador de la sociedad, sino más bien difusos grupos de afectados por el capitalismo globalizado y el imperialismo y la necesidad de unificar a todos para luchar y transformar una sociedad cada vez más injusta.


Los futuros retos del frente único de trabajadores manuales e intelectuales

Pero ya se distingue otro escenario, en los programas de recuperación y superación de la crisis, los gobiernos de los Estados imperialistas se esfuerzan por que regresen las multinacionales (por sus impuestos, su alto consumo, niveles de empleo, etc.). Por ejemplo, en EEUU ya están hablando de una reindustrialización o el regreso de sus industrias, basada en los bajos costos de la energía producida por el Shale gas o gas esquisto, del cual este país tiene la segunda reserva del mundo y por los nuevas tecnologías a las cuales ya llaman la “segunda era de las máquinas” que entre otros avances, les permitirá a las transnacionales contar con máquinas inteligentes (robots) que reemplazarán la mano de obra no cualificada de la producción y de otras actividades de apoyo (transporte, logística, apoyo administración, etc.); según la Universidad de Oxford, el 47% de los actuales empleos de EE.UU. se encuentran en riesgo por la automatización.(3) Como se observa, la implementación de estas nuevas estrategias cambiará radicalmente el escenario mundial y la acción del imperialismo en nuestros países. Es innegable que estas tendencias cambiarán la economía mundial, por un lado incrementando la productividad de las multinacionales, haciendo más ricos a sus capitalistas e incrementando la desigualdad mundial; por otro lado, el regreso de las plantas y la sustitución de los trabajadores por robots, creará una minoría laboral altamente tecnificada, y una gran desocupación mundial, en países de Asia, África y América Latina, además, el regreso a los altos índices de pobreza; solo los exportadores de commodities, mientras no se agoten sus recursos, podrán soportar los primeros impactos.
Robots haciendo labores de oficina

El frente como Partido

Como se colige, en Indoamérica, los nuevos tiempos dan la razón a la propuesta del aprismo; la agresión del nuevo imperialismo no solo amenaza a los trabajadores industriales de calificación intermedia y sin calificación, sino también a la llamada clase media- porque polariza la sociedad en ricos y pobres- , pequeños propietarios, intelectuales, cesantes, jóvenes, familias con ancianos y enfermos, porque el capitalismo no ha dado una respuesta de protección a los vulnerables de la sociedad. Propuesta que llama a la unión de todos los agredidos y amenazados a formar el frente único de trabajadores manuales e intelectuales, sin ninguna exclusión, para dirigir la lucha antiimperialista y construir una sociedad de pan, justicia y libertad.  Dicho frente, para dirigir y preparar las propuestas, debe ser un partido organizado y disciplinado que responda a los nuevos retos de dicho desarrollo capitalista que nos amenaza con más hambre y desocupación, de ello depende nuestro futuro promisorio o uno como el presente de África, otrora continente de grandes recursos y riquezas, hoy depredado por los imperialismos de ayer.

Colofón

El imperialismo existe y muta velozmente a donde lo guie su voracidad de ganancia. Por lo que no puede haber en Indoamérica un partido revolucionario, si este no considera en su esencia doctrinal el antimperialismo; como tampoco puede decirse representante de los oprimidos si su estructura organizacional no refleja el frente único de trabajadores manuales e intelectuales y la defensa de sus intereses.

(1) Referencias históricas: Murillo Garaycochea, Percy. “Historia del APRA”.
(2) Referencias ideológicas: Haya de la Torre, Víctor Raúl. “El Antimperialismo y el APRA”
(3)Referencias sobre tecnologías:  Wolf, Martin. “Esclavicemos a los robots y liberemos a los pobres”