El triste
papel de la OEA y el fracaso de la VI cumbre de las Américas
La OEA fue creada en 1948 impulsada
por EE.UU. después de la II guerra mundial a raíz de la conformación de la URSS
y de la llamada “órbita soviética” que dividió al mundo en dos, fue visualizada
como un organismo que debería incluir a todos
los países de América y el Caribe para protegerlos del “comunismo” y así garantizar
los intereses imperialistas en el continente. Durante la guerra fría estuvo muy
activa dando cabida a los gobiernos dictatoriales más crueles y desarrollando
estrategias anticomunistas hasta la caída del muro de Berlín y del régimen soviético
que motivó la perdida de interés de Washington deviniendo la OEA, en una organización
burocrática y como siempre, inútil para la defensa de los intereses de los países
indoamericanos.
A la fecha se supone vela por la
democracia y los derechos humanos del continente, hasta se ha aprobado un Carta
Democrática, sin embargo no se penalizan las
violaciones de DDHH de gobiernos de algunos países, como también se
permitió el autogolpe de Estado en el Perú perpetrado por Fujimori el 5 de
abril de 1992.
A pesar que las preocupaciones norteamericanas
están en Medio Oriente y Asía, el imperialismo no quiere perder el control
político en los países latinoamericanos y del Caribe y con la OEA ha previsto
la realización de las llamadas cumbres de las Américas en la que el Presidente
Norteamericano intenta llevar algunas propuestas para mejorar sus relaciones
comerciales, pero sobre todo despacha con los Presidentes de este lado del
continente y de ser el caso, ejercer su derecho a veto cuando vislumbra
acuerdos que no son de su agrado gracias a que las decisiones deben ser tomadas por unanimidad. Aunque hay que mencionar que las últimas cumbres no les han sido cómodas,
por ejemplo la IV cumbre del 2005 en la que George Bush llevó la propuesta del
ALCA, Área de libre Comercio de las Américas, ésta fue rechazada por la mayoría
de los países dentro de un clima popular de rechazo antinorteamericano.
La VI Cumbre de las Américas se
celebró el 14 y 15 de abril en la ciudad de Cartagena, Colombia, con la participación
de 32 países, no asistieron ni Nicaragua ni Ecuador, éste último en protesta
por la no invitación a Cuba. La agenda propuesta contemplaba temas como
integración física y la cooperación regional, la pobreza y la inclusión social,
seguridad ciudadana, desastres y acceso y uso de tecnologías. Los países
centroamericanos proponían la discusión de la despenalización de las drogas,
Argentina el asunto de las islas Malvinas y los países del ALBA la
incorporación de Cuba en las próximas cumbres. El presidente Obama no quiso dar
signos de debilidad, se mostró intransigente aunque tuvo una oscura
participación, no llevó ninguna propuesta y más bien parecía estar más pensando
en su reelección aunque cumplió el ritual de escuchar por separado a muchos
presidentes que pugnaban a hablar con él en privado. Según señala el presidente
anfitrión, se discutieron todos los temas pero en los temas de las islas
Malvinas y la invitación de Cuba a futuras cumbres no hubo unanimidad, el íntegro
de países indoamericanos insistió en incorporarlos en la declaración final
frente a la oposición de EE.UU. y Canadá lo que motivó que no haya declaración final,
pues se ponen todos los acuerdos o ninguno y cada acuerdo debe ser unánime.
En conclusión la VI cumbre de la Américas
fue un fracaso, ni siquiera fue una cumbre declarativa, aunque costó 96
millones de dólares, según la oposición colombiana y según la cancillería “menos
de 25 millones”, sin embargo, por primera vez los países indoamericanos se
mostraron unidos e hicieron escuchar su voz contra el colonialismo inglés, en
el caso de las Malvinas y contra el veto norteamericano a Cuba “esta va hacer
la última cumbre sin la presencia de Cuba”, señalaron los presidentes.
Una vez más se comprueba que los
intereses de Indoamérica y los de EE.UU. son antagónicos y que el foro de la OEA
no es el adecuado, es más ni siquiera es pertinente ni útil, la alternativa es
fortalecer la Comunidad de Estados latinoamericanos y caribeños- CELAC- para tener
un diálogo con EE.UU. y con el resto del mundo de igual a igual, no queda otra
cosa solo la unión nos hará fuertes y solo fuertes podremos conseguir la justicia
social que anhelamos y defender nuestra libertad.
Lima, 16 de abril de 2012
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