lunes, 16 de abril de 2012


El triste papel de la OEA y el fracaso de la VI cumbre de las Américas

La OEA fue creada en 1948 impulsada por EE.UU. después de la II guerra mundial a raíz de la conformación de la URSS y de la llamada “órbita soviética” que dividió al mundo en dos, fue visualizada como  un organismo que debería incluir a todos los países de América y el Caribe para protegerlos del “comunismo” y así garantizar los intereses imperialistas en el continente. Durante la guerra fría estuvo muy activa dando cabida a los gobiernos dictatoriales más crueles y desarrollando estrategias anticomunistas hasta la caída del muro de Berlín y del régimen soviético que motivó la perdida de interés de Washington deviniendo la OEA, en una organización burocrática y como siempre, inútil para la defensa de los intereses de los países indoamericanos.

A la fecha se supone vela por la democracia y los derechos humanos del continente, hasta se ha aprobado un Carta Democrática, sin embargo no se penalizan las  violaciones de DDHH de gobiernos de algunos países, como también se permitió el autogolpe de Estado en el Perú perpetrado por Fujimori el 5 de abril de 1992.

A pesar que las preocupaciones norteamericanas están en Medio Oriente y Asía, el imperialismo no quiere perder el control político en los países latinoamericanos y del Caribe y con la OEA ha previsto la realización de las llamadas cumbres de las Américas en la que el Presidente Norteamericano intenta llevar algunas propuestas para mejorar sus relaciones comerciales, pero sobre todo despacha con los Presidentes de este lado del continente y de ser el caso, ejercer su derecho a veto cuando vislumbra acuerdos que no son de su agrado gracias a que las decisiones deben ser tomadas por unanimidad. Aunque hay que mencionar que las últimas cumbres no les han sido cómodas, por ejemplo la IV cumbre del 2005 en la que George Bush llevó la propuesta del ALCA, Área de libre Comercio de las Américas, ésta fue rechazada por la mayoría de los países dentro de un clima popular de rechazo antinorteamericano.

La VI Cumbre de las Américas se celebró el 14 y 15 de abril en la ciudad de Cartagena, Colombia, con la participación de 32 países, no asistieron ni Nicaragua ni Ecuador, éste último en protesta por la no invitación a Cuba. La agenda propuesta contemplaba temas como integración física y la cooperación regional, la pobreza y la inclusión social, seguridad ciudadana, desastres y acceso y uso de tecnologías. Los países centroamericanos proponían la discusión de la despenalización de las drogas, Argentina el asunto de las islas Malvinas y los países del ALBA la incorporación de Cuba en las próximas cumbres. El presidente Obama no quiso dar signos de debilidad, se mostró intransigente aunque tuvo una oscura participación, no llevó ninguna propuesta y más bien parecía estar más pensando en su reelección aunque cumplió el ritual de escuchar por separado a muchos presidentes que pugnaban a hablar con él en privado. Según señala el presidente anfitrión, se discutieron todos los temas pero en los temas de las islas Malvinas y la invitación de Cuba a futuras cumbres no hubo unanimidad, el íntegro de países indoamericanos insistió en incorporarlos en la declaración final frente a la oposición de EE.UU. y Canadá lo que motivó que no haya declaración final, pues se ponen todos los acuerdos o ninguno y cada acuerdo debe ser unánime.

En conclusión la VI cumbre de la Américas fue un fracaso, ni siquiera fue una cumbre declarativa, aunque costó 96 millones de dólares, según la oposición colombiana y según la cancillería “menos de 25 millones”, sin embargo, por primera vez los países indoamericanos se mostraron unidos e hicieron escuchar su voz contra el colonialismo inglés, en el caso de las Malvinas y contra el veto norteamericano a Cuba “esta va hacer la última cumbre sin la presencia de Cuba”, señalaron los presidentes.


Una vez más se comprueba que los intereses de Indoamérica y los de EE.UU. son antagónicos y que el foro de la OEA no es el adecuado, es más ni siquiera es pertinente ni útil, la alternativa es fortalecer la Comunidad de Estados latinoamericanos y caribeños- CELAC- para tener un diálogo con EE.UU. y con el resto del mundo de igual a igual, no queda otra cosa solo la unión nos hará fuertes y solo fuertes podremos conseguir la justicia social que anhelamos y defender nuestra libertad.

Lima, 16 de abril de 2012

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